Carta I
¿Cómo te imaginas el espíritu? Yo me lo imagino como un señor, de barba blanca y caminar lento, seguramente por mi educación católica apostólica romana. Cuando hablan del espíritu santo por ejemplo, algunos ven una paloma blanca, yo en su lugar veo una figura semejante a un Papá Noel, un poco mas delgado y en lugar de ropa roja, esta cubierto por una capa color beige y camina apoyado sobre un bastón. A veces me pregunto si todo el mundo cree en el espíritu y también ¿Cuál será la diferencia entre espíritu y alma?
Es por eso que empecé a leer acerca de estas dos palabras que de alguna manera nos evocan imágenes de un ser inmaterial, incluso bordeando lo fantasmagórico. Descubrí que en realidad el espíritu se refiere a un concepto universal, que nos une a todos los seres, completamente diferente al señor de barba blanca que yo imaginaba por supuesto. El alma, en cambio, si tiene un tinte mas personal, única en cada individuo. -Por lo tanto me tomo la libertad de substituir la imagen mental del señor de barba blanca y caminar lento, como mi alma, en lugar de mi espíritu - Luego ya veremos que imagen le damos al espíritu.
Ahora, la palabra espiritualidad tiende a plasmar una imagen estereotipada de un pseudo gurú, vestido con túnicas hindús y zapatillas y con un ligero aroma permanente a incienso. Sin embargo, prefiero creer que esa palabra representa algo en común entre todos los seres de la tierra - el espíritu- y lo imagino como un hilo que nos une a todos. Y pues, la espiritualidad en ese caso, vendría a ser el respeto hacia esa conexión. He tenido el placer de conocer gente maravillosa que se desvive por el prójimo, capaces de dar su último plato de comida a un desconocido, independiente de sus ideologías religiosas. En el caso de las personas que creen en Jesús, yo me imaginaría que su misión es imitar lo que las escrituras hablan de él y sus acciones, así mismo con el Buda y Mahoma.
Por eso no me concentro en los dogmas que sigue una persona, prefiero ver cómo actúa. En sus acciones encontraré la respuesta y no en las palabras que usa para justificarlas.
La religión ha estado cubierta de polémica durante toda nuestra existencia - la mía por lo menos. No recuerdo un día en que el medio oriente tenga días de paz. Solo noticias de guerra y caos a causa de sus diferencias religiosas (entre otras) y quizás por esa misma razón todos los millenials y la gente new age usan el termino espiritualidad y se mantienen lejos, lejísimos de la palabra religión. Yo sinceramente creo que todas las religiones buscan lo mismo y predican lo mismo, y eso es el amor, sobre todas las cosas. Por eso no me concentro en los dogmas que sigue una persona, prefiero ver cómo actúa. En sus acciones encontraré la respuesta y no en las palabras que usa para justificarlas.
Carta II
El espíritu de lucha. Ese es un concepto un poco diferente al tema anterior. Las artes marciales nos revelan que existe dentro de cada uno de nosotros y lo vemos en la madre soltera que mantiene a sus cuatro hijos pequeños, haciendo malabares entre tres trabajos diferentes, para llegar a fin de mes. También lo vemos en el deportista de élite que sufrió una lesión fulminante que lo sacó para siempre de la competencia. Pero que continúa su labor como entrenador de otros jóvenes deportistas, comprendiendo que nunca fue acerca de las medallas o el éxito personal, sino de pasar la antorcha a los que vienen después. Ese espíritu guerrero está presente en el paciente con cáncer, que se rehúsa a dejar que esa maldita enfermedad termine con sus días, luchando con uñas y dientes hasta el final, en contra de las nauseas y del malestar.
He tenido el privilegio de conocer y compartir experiencias con varios espíritus guerreros durante la vida. Ojo, no necesariamente han sido practicantes de artes marciales. Existen guerreros que no saben pelear - a pesar de que yo abogo por la idea de que absolutamente todos deberíamos tener una educación marcial, junto con nuestra educación tradicional - Sin embargo ese es un tema que no viene al caso en estas líneas. He podido quedarme con pedazos de esos espíritus guerreros, así como guardas esa postal de la playa de aguas turquesas en el Caribe que tanto quisiste conocer. Esas postales de aprendizajes y buenos ejemplos me han ayudado a crear los principios sobre los cuales transcurren mis días. La única misión ahora, es hacer lo mejor posible para que otros puedan llevarse postales positivas de nuestras interacciones con ellos.
- El samurái que llevamos dentro - son palabras de un maestro muy querido. Ese es el espíritu de lucha que nos hace atravesar las tormentas. Algunas veces sale ese samurái, ese espíritu guerrero, y otras veces tenemos que obligarnos a sacarlo casi de una manera demoníaca como dice Kierkegaard.
“También yo he sentido la inclinación a obligarme, casi de una manera demoníaca, a ser más fuerte de lo que en realidad soy.” Søren Kierkegaard
Carta III
La raza humana tiene un espíritu, es decir, que todos estamos interconectados de alguna manera. Puede sonar como una frase salida de una persona que tuvo un viaje psicodélico, causado por tomar/fumar/comer alguna de esas plantas sagradas que usaban las civilizaciones antiguas para llegar a Dios.
Y sí, justamente vamos a tocar ese tema. El DMT ó Dimetiltriptamina es una molécula que está presente en plantas y animales y es capaz de producir alucinaciones comparables a un sueño. El ayahuasca, ese famoso brebaje de la selva amazónica, contiene DMT. El psiquiatra Rick Strassman (Universidad de Nuevo México) aduce que mientras dormimos, la glándula pineal sintetiza DMT naturalmente. También hay estudios que indican que se libera DMT cuándo una persona esta a punto de morir. Quizás por eso escuchamos historias de personas que han visto su vida pasar delante de sus ojos, como una película, al tener experiencias cercanas a la muerte. La molécula de Dios - nombre que los capos del marketing le han dado al DMT, causa la aparición de ondas theta, que son aquellas que usualmente aparecen cuando dormimos. Curiosamente los científicos han encontrado DMT por todos lados, en todos los seres.
El cuatro de Julio del año dos mil doce, un grupo de científicos del CERN (el gigantesco laboratorio de física en Ginebra, Suiza) lograron observar por primera vez el bosón de Higgs. Esta partícula, también llamaba la partícula de Dios es la que ayuda a que todo el resto de partículas del universo tengan masa. Su nombre proviene de Peter Higgs, un físico británico que en los años sesenta propuso el campo de Higgs, una especie de continuo que se extiende por todo el espacio, conectándose con todo lo que existe, al igual que el espíritu.
¿Por qué estoy hablando de plantas alucinógenas y experimentos de física en Suiza? Pues sin intención, mientras escribo estas líneas me encontré con la partícula y la molécula de Dios. Mi intención era sencillamente hablar sobre el espíritu y tuve la suerte de caer en dos temas fascinantes que de alguna manera llegan al mismo lugar donde empecé - el mismo espíritu que dio inicio a este ensayo. Me quedo con la idea de que si todos estamos conectados, deberíamos ser mas amables, mas tolerantes y respetuosos con las personas que nos rodean. En caso que exista un solo espíritu, pues honrémoslo de esa manera.
Estas líneas no quieren demostrar nada, ni probar ningún punto, es solamente un ensayo dirigido a mi mismo que lo comparto con ustedes. Al final de todo, si es que la raza humana tiene un mismo espíritu, entonces todos estamos escribiendo estas líneas.
ED
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