Las peores fallas de carácter que juzgas en otras personas, por lo general son un reflejo de tus propios defectos. Léelo otra vez.
Es una aseveración muy difícil y cruda de aceptar. Te das cuenta que cuando empiezas a juzgar a otras personas, te metes en un circulo vicioso que termina envenenándote. Por el contrario, cuando pones en practica la virtud de no juzgar, se te abren infinitas posibilidades. No estoy exagerando. En verdad que se abren miles de millones de puertas una vez que admites que no lo sabes todo. Te das cuenta de que a lo mejor el conocimiento y experiencia de otras personas pueden ayudarte a crecer. Y si ese poder infinito esta a tu alcance solo con hacer una cosa: no juzgar ¿Deberíamos intentarlo, no?
Uno de los Cuatro Acuerdos del escritor y ensayista mejicano Don Miguel Ruiz es: no supongas. Si no han leído ese libro, háganlo. Cuatro premisas para vivir en paz. Y a la final ¿No es eso lo que todos buscamos? Vivir en paz. Los otros tres acuerdos son: honra tus palabras, haz siempre lo mejor y no te tomes nada personal. Cuando empiezas a poner en práctica estos acuerdos en tu vida diaria, te das cuenta que la mayoría de problemas de tu vida son producto de tu imaginación y además descubres que tú eres el capitán de tu propio barco. Te apropias de tus decisiones, de tus errores y de tus aciertos. Por otro lado, cuando supones que algo es real, entonces te apropias de una verdad absoluta, y eso es peligroso.
Cuando supones estas emitiendo un juicio de valor desde tu propio ser. Le estas dando una razón a algo que solo esta en tu imaginación. A veces juzgamos y suponemos desde nuestra ignorancia, desde una verdad absoluta que no existe. No hay nada más peligroso que un ser humano que cree que tiene la verdad absoluta. Si no me creen, solo vayan y agarren un libro de historia y miren a Hitler, Mao, Stalin, Chávez. Al creer que tienes la verdad absoluta, cierras completamente las puertas a cualquier otra idea. Tarde o temprano tendrás que usar métodos poco éticos para mantener esa verdad absoluta, hasta el punto de tener personas comunes y corrientes cometiendo atrocidades en contra de su prójimo. Gente trabajadora y miembros productivos de la sociedad fueron hipnotizados para creer que meter a otras personas en campos de concentración quizás era buena idea.
"Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas" Romanos 2:1
No juzgarás. Es muy difícil. Lo se. El ser humano tiende a ser un animal vengativo, egoísta y soberbio cuando las cosas no salen a su manera o cree que se ha cometido una injusticia en su contra. Aunque insisto, deberíamos intentarlo. Hagan la prueba un día a la vez. Hoy día no juzgaré. Un día, traten de no juzgar a nadie y no suponer nada y vean que sucede. Luego lo haces hábito y poco a poco vas a sentir paz y tranquilidad. Cuando apuntas un dedo hacía alguien, recuerda que hay tres dedos apuntándote a ti. Que tal si esa persona que juzgas que tiene un mal carácter simplemente esta frustrada por que perdió su trabajo y esta desesperada al no tener como alimentar a su familia. A lo mejor supones que tu compañero sabía que tenía que entregar el informe a primera hora en la mañana y no lo hizo. Podías haber evitado un problema solo con preguntar.
Últimamente pienso que la mejor manera de evitar juzgar o suponer es ser honesto con uno mismo y con el resto. Si tienes dudas, pregunta. Si no sabes, pregunta. Si no te gusta algo de una persona, primero mírate en el espejo y fíjate si no es algo que tu mismo puedes enmendar en tu carácter. Pon en práctica el hábito de decir la verdad siempre, aunque duela, o por lo menos limitarte a no mentir. Esa virtud nos ayudará a enfrentar de mejor manera muchas situaciones a lo largo de la vida. La virtud de decir la verdad, siempre, sobre todas las cosas. Decir la verdad a los otros, pero sobre todo, a ti mismo.
ED
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