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No Os Quejéis

Suben los impuestos, se quejan. No hacen obras, se quejan. Se vacunan, se quejan. No se vacunan, se quejan. Matan a un policía, se quejan. Decapitan a cientos de delincuentes, se quejan. Un hombre quiere ser mujer y competir contra mujeres en las olimpiadas, se quejan. El presidente es millonario, se quejan. Vivimos en un incesante vórtice de quejas y malas noticias. No se pueden ni imaginar el daño colectivo y la psicosis que se genera cuando empieza esa cadena de quejumbre. Les pido que imaginen el siguiente hilo de conversación:


- ¡Que horror, no puedo creer cuanta delincuencia en estos tiempos!

- ¡Si!, es impresionante, te cuento que a mi hermano lo asaltaron el otro día.

- ¡Que pena! a mi compañera de trabajo la quisieron secuestrar.


Y así podemos seguir hilando un tejido enorme de malas noticias y pensamientos negativos. Cada uno de los personajes anteriores continuarán armando esa cadena de negatividad durante todo el día - debe ser por eso que las malas noticias generan ratings superiores, ¡Tienen siete billones de agentes publicitarios que les ayudan a difundirlas todos los días! Somos propensos al morbo que genera la desgracia ajena y quizás eso nos lleva a esa horripilante tendencia de quejarnos de todo.


EL GRECO: CRISTO AHUYENTANDO A LOS CAMBIADORES DEL TEMPLO (1575).

Estoy seguro que la epidemia de depresión y suicidio en nuestra sociedad se debe a ese quejido infinito, nadie está feliz con lo que tiene. Sin embargo, esa búsqueda utópica de una felicidad continua es salir a cazar un unicornio azul. Me recuerda la historia de un brillante psicólogo canadiense. En su relato, menciona que durante tres años de su vida no fue feliz, pues su esposa tenía un cáncer muy agresivo que amenazaba con matarla en cualquier momento. Cada día podía ser el ultimo día que dormía con su mujer- ¿Cómo puedes ser feliz bajo esas circunstancias?, argumentaba el doctor - No obstante, su conclusión era que es prácticamente imposible estar en ese estado de felicidad constante que todo el mundo busca. Lo que si es posible, es entrenarnos para ver lo positivo en todo lo que nos sucede, pues eso si está bajo nuestro control. Es decir, en lugar de pedir a un poder superior - ¿Dios? ¿Alá? ¿Buda? - la felicidad, mejor pídanle la fortaleza suficiente para poder soportar cualquier adversidad.


"La felicidad no es un ideal de la razón, sino de la imaginación" Immanuel Kant

En este sentido, el Jiu Jitsu es una hermosa analogía, pues lo primero que aprenden los estudiantes es a defenderse. Es más, los primeros meses de entrenamiento generalmente pasarán siendo estrangulados por otras personas. En estos largos y duros meses, aprenderán la valiosa lección de la defensa - por algo el fundamento principal del Jiu Jitsu es la defensa personal. No se trata de ganar siempre, si no de entrenarnos para nunca perder. Ustedes pensarán que hablo de ganar o perder en una competencia, pues no, hablo de ganar o perder en la vida. Cuando hablamos de la defensa personal, hay que ser bien sinceros: lo único que necesitamos es la confianza absoluta de que podremos salir de una situación de peligro inminente y ponernos a salvo. Punto. No existe nada más.


Entonces, si todos los días le entrenan a su cuerpo para salir de estas situaciones peligrosas, tendrán la confianza de poder hacerlo cuando lo necesiten de verdad - aunque espero que nunca llegue ese día. De la misma manera, deben entrenar su cabeza para que se haga impermeable a las malas noticias. La próxima vez que abran la boca, asegúrense de que lo que van a decir sea positivo. - ¿Bombardeo en Siria? ¿Le asaltaron a su colega? ¿Subieron los impuestos? Olvídenlo, mejor quédense callados. De la misma forma, cuando su amigo llegue con la colección diaria de malas noticias y crónica roja con la intención de hacer conversa, respetuosamente díganle que preferirían no caer en ese agujero de conejo que les succiona hacia una vida llena de miedo y pesimismo. Díganle que es por salud mental.


¡Dejen de quejarse por el amor a Dios! Qué sentido tiene rezongar todo el día acerca de cosas que están totalmente fuera de su control. En lugar de desahogar sus emociones reprimidas - por falta de atención psicológica temprana ¿tal ves?- quejándose y creando cadenas interminables de basura pesimista, por que mejor no aprenden una nueva habilidad, pónganse en forma, dejen de fumar, coman más frutas y verduras, tomen mucha agua y, sobre todo:


Cuiden lo que meten en su cabeza y lo que sale por su boca.


ED

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* Las opiniones expresadas en este Blog son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de COHAB Ecuador.

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