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Dear Mama

Updated: May 14, 2023

Un amigo me dijo una vez que él le rezaba a la Virgen María porque era la madre de Dios y por lo tanto, si le pedía un favor a ella, era imposible que su hijo le diga que no. Ese es el poder que tienen las mamás, seres especiales, de otro mundo.


Todo lo que soy ahora se lo debo a mamá, María Soledad Cabezas. Ella pavimentó la escala de valores sobre la cual vivo y hago todo lo posible para pasarla a la siguiente generación. Tuvo la ardua tarea de criarme luego de la separación. Debe ser difícil criar un niño mimado y cabezón como yo, siempre le voy a admirar por eso. Me enseñó a levantarme a saludar a mis mayores, a callar cuando no tengas nada bueno que decir, a ceder el asiento y a decir siempre la verdad. A veces bastaba solo una mirada suya para corregir el rumbo. Aprendí de ella a dar lo mejor en todo lo que hago y agradecer por todas las cosas que me suceden, tanto las buenas como las malas. Pero sobre todo, me enseñó a tener Fe.


Muchas personas que conozco ven a la Fe como algo imaginario, como un polvo de hadas. Yo la veo como la esencia misma de todas las cosas. En algún viaje a Brasil hace algunos años, escuché las siguientes palabras: Acredite em você, que se traduce al español como ten Fe en ti mismo. Mamá me enseño a tener Fe en mí. Generalmente las lecciones que aprendes de niño las entiendes en la vida adulta. Similar a esas vitaminas efervescentes que se van diluyendo poco a poco. Y sí, ella tiene toda la razón, el resto de personas pueden creer en ti, pero de nada sirve si tú no lo haces primero.


Me educó los oídos para valorar las obras clásicas de Paganini, Vivaldi, Beethoven, Brahms, Chopin, Tchaikovsky y todo el resto de genios cuyos discos compactos descansan en los libreros del escritorio de su departamento. Siempre que vamos de visita, regreso a mi niñez y adolescencia escuchando esas obras eternas en el equipo de sonido de la sala de estar. Ese aparato debe tener todos los años del mundo, pero se mantiene como nuevo. Vivimos en una época donde todo es desechable, hasta las personas. Sin embargo, ella se mantiene estoica y fiel a sus valores. Eso se refleja en detalles simples como cuidar y valorar las cosas o mantener el orden y la limpieza de la casa. La lavadora y secadora tienen casi mi edad y funcionan perfecto.


Mamá me enseño que aún existen cosas que el dinero no puede comprar. La decencia, la honestidad y el respeto por ejemplo. En un mundo cada día menos humano y más materialista, he sido testigo de cómo el dinero y el poder corrompen el espíritu de las personas. Gente que admiraba fueron revelando su verdadera esencia con el paso de los años. La vida tiene una extraña manera de enseñarte las lecciones, la tinta con sangre entra, saben decir.


Cuando era pequeño me caí y me rompí la quijada, ahí estaba mamá. Cuando terminé la secundaria y decidí ir a estudiar en Chile, ahí estaba mamá. Cuando escogí dedicarme por completo al Jiu Jitsu, a pesar de tener mi título como Ingeniero y el hecho de que mucha gente me decía que medite bien la decisión - El jiu jitsu no te va a dar para vivir - eran sus palabras. Pero siempre he sido porfiado y quería seguir mi sueño, por último si algo salía mal y fallaba, por lo menos tendría la conciencia tranquila de que hice todo lo posible para intentarlo y sí, ahí también, estaba mamá. Cuando la vida me agarró de los pelos y me puso de rodillas, ahí estaba mamá, para parchar las heridas y ayudarme a ponerme de pie una vez más.


Nunca nos faltó nada en casa, siempre había comida en el refri y juguetes para pasar las tardes. Tuve la suerte de viajar y conocer diferentes culturas gracias a su trabajo y esfuerzo. Durante varios años ella trabajó en una agencia de viajes y luego de eso en un fondo de inversión social. Salía temprano en la mañana para regresar en la tarde, casi noche, a la casa. Ocultaba su cansancio y estaba dispuesta a darme su tiempo. Siempre preocupada de ver si faltaban cosas para la casa o si necesitaba algo para el colegio al día siguiente.


Hace algunos años tuve la mala idea (pésima, en realidad) de llevarle a ver mi primera pelea de MMA. Recuerdo que pasaba por una época difícil de mi vida y decidí que meterme a una jaula a darme de putazos contra otra persona podía ayudar a calmar esos demonios internos, y como siempre, ahí estaba mamá, en primera fila.


No pude pensar en un regalo para mandarle hoy en el Día de la Madre, así que mejor me senté a escribir estas palabras, que salen del corazón, de ese mismo lugar donde nos guarda a todos nosotros.


Feliz día Mamá


ED


When I was sick as a little kid To keep me happy there's no limit to the things you did And all my childhood memories Are full of all the sweet things you did for me And even though I act crazy I gotta thank the Lord that you made me


There are no words that can express how I feel You never kept a secret, always stayed real And I appreciate how you raised me And all the extra love that you gave me


Dear Mama, Tupac Shakur, 1994

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